Alba Santana está pasando unos momentos realmente difíciles. La hija de Manolo Santana y Mila Ximénez ha visto como estos años de pandemia se han llevado por delante a dos seres queridos.
Los padres de Alba fallecían con seis meses de diferencia. Ninguno de los dos a causa del coronavirus, pero sí en tiempos de restricciones por la pandemia. Esto ha dificultado bastante el hecho de poder despedirles con normalidad.
Manolo Santana, el padre de Alba, fallecía el pasado 11 de diciembre. Tenía 83 años de edad, aunque hacía tiempo que su salud andaba bastante mermada. Santana, que había sido un número uno del tenis, dejaba a Alba y al resto de la familia destrozados.
A pesar de que Alba tenía una relación prácticamente nula con su padre desde hace años, lógicamente acudió al tanatorio a darle el último adiós. Hasta allí se desplazó desde Amsterdam - donde vive con su marido, Aviv Miron - y coincidió con Claudia Rodríguez. Claudia es la mujer colombiana con la que su padre se casó en 2013.
Anteriormente, Santana había tenido varias mujeres y cinco hijos. Los hermanos mayores de Alba son hijos de María Fernanda González Dopeso. Luego llegó al mundo ella, hija de Mila y de Manolo y posteriormente, Bárbara, que su padre tuvo con otra mujer.
Alba sí ha mantenido buena relación con sus hermanos mayores, no así con su padre ni con Claudia. Por este motivo, el homenaje que se rindió a Manolo Santana en Málaga ha sido de todo, menos plácido.
Alba Santana no acude al homenaje a su padre en Málaga
Alba ha decidido no estar presente en el homenaje que han dedicado a su padre en el Club Puente Romano de Marbella. El homenaje estaba organizado por la Real Federación Española de Tenis y la viuda de Santana ha jugado un papel destacado.
Además de Claudia Rodríguez y de una de las hijas del tenista, Bárbara, varias personalidades del mundo del tenis no han querido perderse la cita. Así pues Nicola Pietrangeli, Ion Tiriac o Bjorn Borg han presenciado el acto.
Claudia, vestida de blanco y ataviada con un collar con una gran M, en homenaje a Manolo, no ha podido reprimir las lágrimas.
Durante los parlamentos de varios asistentes, recordando su experiencia con Santana, Claudia ha llorado, mirado al cielo y se ha emocionado con el recuerdo de su marido. A pesar de la importancia del homenaje, la falta de varios de sus hijos al mismo, ha enrarecido el clima del acto
Alba ya contó en la capilla ardiente de Santana, que no estaría presente ni en la incineración, ni en actos posteriores. La hija de Mila Ximénez ha mantenido un discreto papel a pesar de estar en el foco mediático tras la muerte de su padre.
Mantuvo las formas y la compostura en la capilla ardiente que se instaló para despedir a su padre y poco después volvió a su casa. Ha preferido vivir su dolor en la intimidad familiar y alejada de sus otros hermanos y de Claudia Rodríguez.
Alba pide respeto a su decisión
Días después de la muerte de su padre, Alba reaparecía vía telefónica en Sálvame pidiendo que se la dejará en paz. Según contaba, la prensa estaba investigando sobre la herencia que supuestamente le habían dejado sus padres. Recibía llamadas, mensajes, preguntas indiscretas...
Alba no se encuentra bien anímicamente y no quiere dar ningún tipo de declaración, ni entrevista. Desmintió muchas de las informaciones que se estaban dando y pidió encarecidamente que se la dejara vivir tranquila.
La misma discreción practica Claudia Rodríguez. Poco se ha sabido de cómo vive y a qué dedica el tiempo ahora que su marido ya no está.
Lejos quedan ya las acusaciones que Mila Ximénez y otras personas vertieron sobre ella, acusándole de manipular al tenista para quedarse con toda su herencia.