Tamara Falcó es una de las celebrities más importantes de España. La hija de Isabel Preysler ya vuela sola, en sentido literal y figurado. Vive en su propia casa (en breve se mudará a otra más grande y lujosa) y tiene sus propios ingresos y negocios.
Tamara ya no necesita presentarse como 'hija de' para triunfar. Las marcas ya ven en ella a la mujer que necesitan para promocionar sus productos y las revistas y medios de comunicación se la rifan. Su espontaneidad, frescura, convicciones y estilo la han convertido en un personaje top.
A pesar de que casi todo en la vida de Tamara brilla como los diamantes, hay una piedra en su zapato de cristal. Su novio, Íñigo Onieva, es el involuntario protagonista de habituales noticias sobre sus actitudes cariñosas con otras mujeres en la noche madrileña.
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Onieva es empresario nocturno, propietario del club de moda Lula. Como tal hace gala de su don de gentes para gozo de los paparazzi que lo cazan día sí, día también con jóvenes espectaculares. Tanto él como Tamara aseguran que es solo trabajo y que su relación va viento en popa.
Muchos lo ponían en duda, pero el gesto que acaba de conocerse por parte de Íñigo parece la antesala de lo que Tamara desea.
La noche que puede cambiar la vida de Tamara Falcó
Tamara ha hecho gala de mucho romanticismo contando interesantes intimidades de su viaje a Filipinas con Íñigo. Así pues, la pareja disfrutó de una cena privada en una playa desierta de Amanpulo.
Según explica Tamara, acompañando con fotos sus palabras, la velada junto a Íñigo contó con comida deliciosa (mucho marisco), música en directo y una decoración sencilla pero mágica.
Iluminación tenue con farolillos rodeando la mesa y la pareja haciendo gala de sonrisas, miradas cómplices y muchos besos.
Tamara lo ha definido así: "una postal y un recuerdo para toda la vida".
Íñigo está relajado, contento y muy enamorado de su novia. Acalla así todos los rumores que hablan de crisis entre la pareja y a los que ninguno de los dos da mayor importancia.
Esta velada íntima y romántica ha sido la guinda del pastel que ha supuesto el viaje a Filipinas de la pareja. Según Tamara, "han sido unas vacaciones maravillosas, son postales que quedan grabadas en mis recuerdos".

La boda entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva
En ningún momento se ha hablado de pedida de mano, ni de regalo de anillo de compromiso. Sin embargo la ocasión era perfecta para que Íñigo hubiese dado el paso definitivo y pedirle la mano a Tamara.
Ella ha asegurado recientemente que no tiene planes inminentes de boda, aunque también asegura que le gustaría mucho casarse y ser madre. De hecho, hace unos meses ya se especuló con un anillo con un brillante que llevaba Tamara en El Hormiguero.
Pablo Motos bromeó con el hecho de que parecía un anillo de pedida a lo que Tamara aseguró que únicamente formaba parte del estilismo que había decidido el programa.
Íñigo tiene actualmente 32 años y Tamara 40. Llevan unos meses de relación, pero ella está deseando que esta historia funcione para poder dar un paso más en su vida y cumplir sus expectativas de pasar por el altar. Íñigo parece que no tiene tanta prisa.
En cualquier caso, estas vacaciones juntos han servido para reforzar su relación y acallar los rumores de crisis. Hasta que aparezcan las próximas imágenes de Íñigo dándolo todo en su club nocturno.