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Maria Patiño mirando a un lado y llorando

María Patiño confiesa qué ha perdido tras la triste muerte de sus padres

María Patiño ha renunciado a algo muy importante para ella

María Patiño es una de las presentadoras más queridas de Telecinco y lo cierto es que se ha ganado este puesto gracias a su esfuerzo.

Disfruta de un sentido del espectáculo sensacional y se convierte en el centro de atención siempre que se lo propone. Pero no todos son carcajadas y diversión, la vida de la periodista también está plagada de sombras que no logran desaparecer.

María Patiño ha desvelado en Socialité, programa que presenta los fines de semana, a qué tuvo que renunciar tras la muerte de sus padres. Desde que perdió a sus progenitores no se atreve a disfrutar de la Feria de Abril de Sevilla, pues le genera demasiados recuerdos.

En su momento fue el rostro más emblemático de la celebración, pero lleva mucho tiempo sin disfrutar de la fiesta.

María Patiño con los ojos llorosos mirando al cielo
María Patiño ha hecho una confesión importante en 'Socialité' | Telecinco

María conoce mejor que nadie cómo funciona el mercado del corazón, por eso sabe que lo más inteligente exponerse lo menos posible. No tiene por costumbre hablar de su vida privada, pero en ocasiones se sincera con su público porque es muy honesta.

Una de sus reporteras le ha preguntado el motivo por el que ya no disfruta de la feria sevillana y ella no ha tenido más remedio que contar la verdad.

María, según informa la revista Pronto, perdió a su madre de forma repentina en 2014, cuando solamente tenía 66 años. La tragedia se apoderó de la familia de la presentadora y tres años más tarde tuvo que despedirse de su padre, cuando este tenía 70.

Ya ha pasado mucho tiempo, pero sigue sin olvidar la huella que dejaron en ella, por eso ha perdido su gran costumbre.

Patiño ha reconocido en Socialité que era una gran amante de la Feria de Abril, pero le resulta imposible volver a disfrutar del evento.

Una periodista de Telecinco le ha preguntado si tenía pensado tomarse unas pequeñas vacaciones para viajar a Sevilla. La gallega ha respondido: “A ver, desde que murieron mis padres no me apetece ir y no, no lo tengo previsto”.

María Patiño extraña a su familia

María, haciendo gala de la sinceridad que le caracteriza, ha reconocido que años atrás era la persona más divertida de la feria. Ha prometido regresar, pero prefiere no fijar una fecha exacta para no estar sometida a presión, quiere que surja de forma natural. “Tendré que tomar ese paso algún día porque yo he sido muy feriante, de las de entrar y no salir, no te digo más”.

María Patiño y su hijo Julio paseando por la calle
María Patiño ha contado con la ayuda de sus padres para criar a Julio | Europa Press

Patiño es una mujer fuerte que tuvo que dejar su tierra natal para empezar una vida lejos de su familia y su hijo. Necesitaba trabajar, apostó por su talento y lo cierto es que salió victoriosa, pero todavía sigue pagando un precio demasiado elevado.

En alguna ocasión ha confesado que le llamaron “mala madre” por separarse de su niño e intentar buscar un futuro mejor.

La presentadora ha explicado que ha podido dedicarse al periodismo gracias a sus padres, quienes cuidaron de su hijo Julio. “Les echo muchísimo de menos, sé que están aquí y yo lo vivo así. Estoy aquí gracias al sacrificio que hicieron por mí”, comentó durante una de sus intervenciones televisivas.

María Patiño ha criado a su hijo gracias a Antonio

María es muy reservada con su vida íntima, por eso hay preguntas que siguen sin respuesta, como quién es el padre de su único hijo. Solamente sabemos que pudo sacarle adelante gracias a Antonio, progenitor de la periodista. El abuelo del joven estuvo a su lado mientras Patiño viajaba por España para convertirse en la estrella que es actualmente.

La madre de la presentadora se llamaba Paz Castro y era uno de sus grandes apoyos. Su fallecimiento dejó sin aliento a todos sus seres queridos, pues fue completamente inesperado. Patiño todavía no ha superado el golpe, pero está muy bien rodeada y aprenderá a vivir con el dolor más pronto que tarde.