First Dates está que arde y sigue juntando corazones solitarios, o intentándolo. Carlos Sobera y su simpatía natural conquistan cada noche el público de Cuatro con nuevas parejas, algunas de ellas, realmente peculiares.
Inma, una abogada madrileña de 49 años llegaba a First Dates vestida de negro, con chupa de cuero con tachuelas. la chica se presenta, consciente que a su edad quizá es un poco más difícil encontrar pareja "el mercado, cuando vas cumpliendo años, aún peor".
Ella, sin embargo, no pierde la esperanza de encontrar a alguien "cariñoso, que le guste salir y sin fútbol".
Ella se considera "muy madrileña" y busca un hombre "ya madurito, pero que tenga sentido del humor, que no haya perdido el entusiasmo por salir, viajar y vivir la vida".
Y llega Vicente, "extremeño y español hasta la médula". Él, también de negro y asegurando que le gustaban más las mujeres del este que las españolas, realiza una primera y potente confesión. "Yo soy un empotrador nato, lo reconozco".
Primera impresión con muchos nervios por parte de ella que pasó de la barra donde se presentan las parejas a la mesa para cenar.
Inma lleva diez años sin pareja y Vicente lo achaca a que es muy tímida. Funcionaria y trabajador de una azucarera, la cita no empieza mal.
Vicente cree que con ella deberá ser "más picante que dulce" para vencer la timidez y los nervios que le está demostrando la madrileña.
Ella le cuenta que le encanta viajar y que quiere a un hombre activo a su lado. "¿En todos los sentidos?", pregunta Vicente en First Dates con doble sentido. Ella se pone de nuevo nerviosa y los colores le suben a la cara.
"Pues también, también..."
Carlos Sobera y su mensaje más acertado en First Dates
El montaje de First Dates es una de las claves del atractivo que suscita entre el público. Da igual que empieces a ver el programa por la mitad.
Es muy fácil entrar en las tramas, gracias a la fragmentación que hacen de las historias y a los mensajes que va lanzando Carlos Sobera.
El que el presentador pronunció, en referencia a Inma y Vicente daba ya bastantes claves de lo que podría pasar. Así, Sobera apuntó que "la pasión abre el camino del amor, pero si pones demasiada pasión puede que bloquees el camino del amor, así que.... cuidado".
Vicente siguió tirándole los trastos a Inma, cada vez con menos disimulo. Alavó su físico, le lanzaba miradas provocadoras... Ella no sabía si reír, si comer o si fundirse.
Lo dejó así de claro: "a ver, le veo como Fernando Esteso y Ozores, o sea como estas películas que ven a la tía así ya un poco desnuda y uh uh uh!
Ella quería dar una última oportunidad a Vicente asegurándole que ella quería ir poco a poco pero Vicente ya se soltó y le preguntó abiertamente por lo que le inquietaba realmente:
"¿A ti te gusta que te empotren o que te hagan el amor?". Inma no sabía donde meterse. "Madre mía, no me digas estas palabras, por Dios".
Le pareció de un mal gusto impresionante además, sentenció Inma "dime de qué presumes y te diré de qué careces".
La cosa iba de mal en peor, en palabras textuales de Inma, que consideraba a Vicente vulgar y demasiado atrevido.
Él siguió preguntándole por sus preferencias íntimas, a lo que Inma, finalmente, ya se lo tomó medio a broma y le siguió el juego entre risas y sonrojos.
La decisión final en First Dates, "hinchada de piropos"
Inma y Vicente tuvieron que tomar la decisión final sobre si querían seguir conociéndose o la cosa quedaba allí.
Ella puso de excusa la distancia y los comentarios tan atrevidos de Vicente para declinar la cita.
Por el contrario, él sí quería una segunda cita con Inma, pero a última hora, dijo que no, que no la consideraba una persona honesta.
Inma tampoco quiso, asegurando que Vicente la desbordó y que la echó para atrás. Vicente, visiblemente mosqueado, se despidió de Inma con un "que te vaya bien". El amor en First Dates no siempre triunfa