Pilar Eyre está de luto. La periodista especializada en la Casa Real es una de las más prestigiosas y seguidas del país. Profesional, bien informada y con una agenda de contactos que es la envidia de la profesión.
Semanalmente escribe en Lecturas, donde tiene sección propia y analiza la actualidad de la monarquía, desvelando informaciones sorprendentes y relevantes.
Más allá de su profesión, pocos conocen detalles de la vida privada de Pilar Eyre. Es la mediana de tres hermanas y tiene 71 años. Estuvo casada con Ferran Llisterri Centelles, que falleció en 2007 y tiene un hijo de 34.
Hoy es un día triste para Pilar y es que ha perdido al que ha sido su compañero de vida durante los últimos 13 años
Pilar Eyre despide a Fender, su perro y fiel amigo
Pilar Eyre siempre ha sido una animalista militante. En una entrevista a la revista Corazón, la periodista explica que "siempre he tenido perros de refugio.
A Fender, lo fuimos a buscar después de la muerte de mi marido. Lo he educado como si fuera mi hijo".
Y es que Fender era el protagonista de muchas de las publicaciones que Pilar hacía en sus redes sociales. La acompañaba a muchos sitios y ella presumía de la educación y el saber estar de los que hacía gala el animal.
Pilar ha quedado muy tocada, porque Fender aportó muy buenos momentos a la vida de la periodista. Así pues, decía que "es un perro muy sobrio y nos cuida mucho, pero su cariño está limitado a mi hijo y a mí.
Su historia es realmente triste. "Nació en la protectora de Mataró y, antes de llegar a mi casa, le había adoptado una familia que cuando vieron que se hacía grande le devolvieron.
Cuando le adoptamos, tenía un año, pero pudimos reconstruir su pasado gracias a la ficha que le habían hecho en la protectora. Pilar confiesa que lloró de emoción cuando vio sus fotos de recién nacido.
Pilar Eyre devastada por otra muerte de su familia
Pilar Eyre tuvo que vivir este mismo sentimiento que le embarga ahora hace poco más de un año.
Entonces falleció también su otra perra, Dana. En aquel momento, la periodista declaró visiblemente afectada que "mi pena no tiene consuelo". "Adiós Dana, Adiós, almita buena", se despedía de la perrita de 17 años.
Dana llegó a la vida de Pilar y de Fender por casualidad. "Me llamó la veterinaria que atiende a Fender y me dijo que una señora que había fallecido tenía un caniche mayor, ciega y sorda, y los hijos la querían echar de casa. Cuando me envió la foto, me dio tanta pena que me quedé con ella".
Así pues, a Fender no le sentó muy bien la llegada de Dana a casa de Pilar. Él, que siempre había sido el rey del domicilio veía a la pequeña Dana como una rival.
"Fender no es nada cariñoso y está celosísimo, me echa unas miradas muy humanas. Cuando cojo en brazos a Dana, levanta la cabeza y noto que me pregunta: ¿por qué me estás haciendo esto?
En su momento, Pilar Eyre, reflexionaba amargamente cuando tuvo que despedir a Dana. "Te abriste paso hasta mi corazón a golpe de cariño y hoy te lloro, porque esa es la única pena que nos causáis, moriros tan pronto. Nunca te olvidaré, pequeña.
En estos momentos, Pilar está tan triste que todavía no se ha visto con ánimo de escribir un mensaje bonito para su perro del alma, su compañero de vida durante 11 años. Ahora tocará pasar el duelo. Probablemente en un tiempo se plantee iniciar otro proceso de adopción pues es muy consciente de "la labor que desarrollan los voluntarios en las protectoras, no está pagado".
Como curiosidad final, Pilar Eyre siempre hace que aparezcan perros en los libros que escribe y "siempre aviso que no les pasará nada".