Susanna Griso en un programa en directo de 'Espejo Público'

Susanna Griso, avergonzada por lo que ha pasado con Fran Rivera en su programa

La presentadora tuvo que salir como pudo del embrollo en el que la metió Fran Rivera

Susanna Griso es una de las reinas de las mañanas de la televisión. Desde su programa de Antena 3, Espejo Público, se sitúa en una cómoda segunda posición en audiencia, tras la imparable Ana Rosa Quintana.

Griso, consciente de que es imposible batir a la cadena rival, se ha asentado cómodamente en su alternativa matutina a Telecinco, priorizando temas de actualidad, política y reportajes de tipo social.

Los temas de corazón y famosos se tocan más de perfil en Espejo Público. Y únicamente se hace referencia a los famosos si hay alguna noticia relevante sobre ellos. Entre los colaboradores del espacio están Ángel Antonio herrera, Jaime Cantizano o Mariló Montero. 

No obstante, si alguno brilla con luz propia y genera titulares por sí mismo, es el torero Fran Rivera.

El hijo mayor de Carmen Ordóñez participa en el programa de Susanna Griso y allí hace entrevistas, ejerce de comentarista y habla de todo un poco. 

Se siente cómodo en el espacio pues los temas se tratan de forma relajada, sin la tensión que hay siempre en los platós de Telecinco y sin profundizar demasiado en nada. Antena 3 no ha querido, desde hace ya mucho tiempo, entrar al trapo, con los temas del corazón y los famosos .

En este sentido, parece que la estrategia, ahora, le está favoreciendo en las audiencias, ya que lleva líder varios meses consecutivos y aumentando distancias respecto a Antena 3.

El zasca de Fran Rivera a Isabel Pantoja en Espejo Público

Rara vez, Fran Rivera habla sobre su vida privada en el programa de Susanna Griso. Es por ello que cada comentario sobre su familia, se analiza con lupa, aunque no se haga de forma directa.

Montaje de Fran Rivera junto a Isabel Pantoja
Isabel Pantoja y Fran Rivera, la guerra por la herencia de Paquirri sigue abierta | GTRES

Los hechos sucedieron comentando la actuación de Sandrina, una concursante del programa A tu vera, que se emite en Castilla-La Mancha. 

La aspirante a artista sufrió un desmayo en plena actuación mientras interpretaba una conocida copla, lo que provocó una crisis nerviosa a su madre, que estaba en el público. Todo muy trágico y surrealista si no fuera porque luego mucha gente opinaba que fingió el desmayo. 

En Antena 3 se hicieron eco de la noticia y Fran Rivera sentenció: "está claro que hay folclóricas muy falsas".

Así, sin más y dejando perpleja a Susanna Griso y al resto de presentes en el plató. Empezaron todos a reír, sin saber muy bien como continuar.

Susanna reaccionó rápido: "No puedo decir el nombre de en quién estás pensando... Lo dejamos ahí, ¿no?"

Fran Rivera movió los brazos sin decir nada, pero con un claro gesto de "pensad en quién queráis" que dejaba bien claro que se le había venido a la cabeza una de sus peores pesadillas: Isabel Pantoja.

La tensión entre Fran e Isabel Pantoja por la herencia de Paquirri

Ya en anteriores ocasiones, Fran Rivera ha ido lanzando mensajes 'envenenados' a Isabel Pantoja. La última vez que lo hizo en televisión, fue en el programa Lazos de Sangre donde calificó a Isabel de "envidiosa".

Fran Rivera en un momento de Espejo Público
Fran Rivera lanzó un nuevo dardo a Isabel Pantoja en directo | Antena 3

La mala relación de Fran con la que fuera mujer de su padre viene por la herencia de Paquirri. Según Fran y su hermano Cayetano, Isabel no les di la parte de la herencia que les correspondía, cuando falleció el torero. 

No se refieren tanto a bienes materiales o de gran valor económico, sino a recuerdos personales de Paquirri y de gran valor sentimental para sus hijos mayores.

Así pues, uno de los caballos de batalla que ha enfrentado a la Pantoja con los Rivera son los trastos de torear de Paquirri. 

Supuestamente, alguien los había robado de Cantora, por lo que Isabel nunca los pudo dejar a sus hijos. La mentira se desenmascaró el día que Kiko Rivera, el hijo de Isabel y Paquirri, los encontró encerrados a cal y canto en un cuarto de la finca.

Y allí siguen, por lo menos hasta la fecha.