Un complicado problema físico puso la vida de Raphael en peligro. Después de más de seis décadas subido a los escenarios, su hijo Manuel no esperaba que ese estilo de vida le iba a pasar factura a su padre.
Durante su intervención en el programa Mi casa es la tuya, este mítico artista hizo una inesperada confesión que dejó al Bertín Osborne sin palabras.
Y es que si hay algo que tiene este formato de entrevistas es que consigue que sus invitados se abran en canal y cuenten cosas que jamás habían compartido públicamente. Y esto mismo es lo que le pasó a Raphael en 2016.
En el estreno de la nueva temporada del formato, este mítico artista español le contó a Bertín un secreto que hasta ahora había guardado con recelo.
Sus problemas con el alcohol casi le cuestan la vida
Raphael no tuvo reparos en compartir con equipo del programa de Mi casa es la tuya un problema que casi termina con su vida antes de tiempo.
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Durante el rodaje, este veterano artista confesó que había tenido graves problemas con la bebida, hasta tal punto que casi no lo cuenta. Su adicción al alcohol le produjo una complicada hepatitis que requirió de un trasplante de hígado.
Raphael confesó que él nunca habla bebido ni fumado, pero que empezó a acudir al alcohol por sus dificultades para conciliar el sueño. "Me hacía dormir", aseguró.
Y, aunque en un principio lo tenía todo bajo control, su problema se agudizó durante su gira por los teatros con el musical del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
El de Linares le contó a Bertín Osborne que en alguna ocasión llegó a alargar sus viajes para que su mujer no se diera cuenta de su deterioro físico. "Bebía botellitas pequeñas de esas de los hoteles porque me hacían dormir. Cuando empecé a notar síntomas de cosas jamás pensé en el dichoso botellín para dormir".
Raphael tuvo que pasar por el quirófano
Aunque en un principio Raphael se negó a acudir al médico, pronto los síntomas de su enfermedad comenzaron a salir a la luz. "Quedaba un mes de la gira. Yo la hice, pero llegué en unas condiciones que... Yo estaba ya muy asustado".
El cantante confesó que al terminar sus funciones en Valencia se fue directo al hospital. "Allí salió todo. Y aun así me puse bien unos días e hice mi último programa de Navidad".
Después de terminar con todos sus compromisos, el artista decidió no someterse a un trasplante de hígado, pero al final no le quedó otra alternativa.
"Lo tuve que hacer, porque si no iba a morir. El día de la operación fue de vida o muerte; o llegaba el hígado o no podía continuar viviendo", aseguró Raphael muy serio.
Después de padecer una cirrosis hepática, Raphael recibió un hígado nuevo; lo que permitió comenzar de cero. Desde entonces, este veterano artista no ha vuelto a probar ni una sola gota de alcohol.