La relación de los reyes Letizia y Felipe no ha sido siempre un cuento de hadas, tal y como podría parecer.
Para empezar, la pareja tuvo que superar muchos obstáculos antes de pasar por el altar, incluyendo la negativa de los reyes Juan Carlos y Sofía.
A la actual reina le costó mucho ganarse a sus suegros, y a día de hoy su relación sigue dejando mucho que desear. Ella, procedente de familia humilde, periodista y divorciada, no encajaba en la imagen de 'futura reina' que tenían los eméritos.
Eso, sin contar con su complicado carácter, que le ha jugado más de una mala pasada a lo largo de los años.
Pese a ello, Letizia ha demostrado que encaja en el papel como nadie, además de enfrentar la complicada labor de criar a la futura heredera al trono, la princesa Leonor.
Tal y como desvelaba Pilar Eyre es su blog, los reyes atraviesan su mejor etapa como pareja, y se les nota. Aunque, eso sí, les ha costado mucho llegar a ese punto.
"En cuanto cruzan la puerta de la casa se prodigan los gestos de cariño, sobro todo por parte de él, que la coge al vuelo y la besa tiernamente", asegura la periodista.
"Ella lo quiere, es indudable, pero es más fría en sus expresiones, a él se le nota mucho, no puede disimularlo".
Diecisiete años después de comprometerse, el rey Felipe "continúa loco por su mujer". "Letizia coquetea con él y eso le fascina".
"La nueva Letizia curtida en mil batallas, ha perdido candidez y espontaneidad, pero ha ganado empaque y eficacia".
De hecho, huno un momento en el que la reina "llegó a sospechar que las noticias negativas sobre ella las filtraban desde Casa Real para desviar la atención del comportamiento anómalo de Don Juan Carlos".
Justo por eso, ha intentado a toda costa alejar a su suegro de su vida. Y ahora que por fin "han dicho adiós a la oscura sombra de Juan Carlos, no puede ser más feliz".
Felipe y Letizia han superado graves crisis
Para evidenciarlo "han retirado las fotos del emérito de las estancias privadas y la expresión de la reina es al fin serena y natural".
"¡En el universo de Zarzuela ahora brilla un solo astro!", evidenciaba Eyre. "Bueno, dos, Letizia y Felipe, y la reina encantada porque le gusta gustar".
"Se siente segura en su papel, ya nadie le pone palos en las ruedas y puede aplicar su estilo a los usos y maneras de la monarquía moderna".
Sin duda, el fuerte carácter de Letizia la ha ayudado a conseguir sus objetivos y llegar a donde está. "Fuerte, dura, nerviosa, controladora y, en ocasiones, desabrida", definen a la monarca.
Es más, eso también habría provocado que la pareja pase por muchos momentos de tensión y que incluso les ha dejado al borde del divorcio.
En concreto, habrían superado nada menos que seis grandes crisis que no escaparon al ojo público.
Empezando por la de Mallorca en 2013, cuando la reina dejaba plantada a su familia política para volver a Madrid. Eso, mientras el rey Felipe se quedaba con sus hijas, Leonor y Sofía.
Unos rumores que se fueron acrecentando gracias a los constantes y sospechosos viajes de Letizia a Barcelona.
"Viajaba con cualquier excusa: un concierto de rock, una visita médica, ver a su hermana... Y aprovechaba para reunirse con sus amigas y huir del ambiente asfixiante de Zarzuela".
Eso, sin contar con que la monarca estaba ya muy quemada por el trato recibido de parte de Don Juan Carlos y sus cuñadas, las infantas Elena y Cristina.
"Tampoco la trataba con desprecio sino con indiferencia, la ignoraba como a toda su familia", aseguran sobre el emérito.
Recientemente, el principal punto de disputa entre la pareja serían los compromisos con la Institución que deben cumplir a rajatabla. Sin embargo, a Letizia le costaría asimilar su rol a tiempo completo, lo que molesta bastante a su marido, que está más que comprometido con su cargo.