Rocío Jurado tenía una habilidad especial. Además de ser una de las cantantes españolas más reconocidas de todos los tiempos, la madre de Rociíto dominaba a la perfección el arte del maquillaje.
Aunque según su propia hija, esta técnica la utilizaba para "ocultar su dolor". Este lunes, 7 de febrero, la mujer de Fidel Albiac tuvo que enfrentarse a una de las estancias más emotivas de Montealto: regreso a la casa.
Acompañada de Jorge Javier Vázquez, la hija de Rocío Jurado se adentró en el baño; lugar que usaba La más grande para maquillarse antes de salir de casa.
Pero lo que más sorprendió a la madre de Rocío Flores es el gran trabajo que había hecho todo el equipo con esa habitación. Rociíto no se podía creer la gran similitud que lograron entre la reconstrucción y el baño original.
"Ostras, qué pasada. ¡Mira, su bata! Quién haya hecho esto... parece que estaba allí. Era muy coqueta. Cuando ella se estaba maquillando, estábamos todos alrededor", exclamó muy emocionada.
Según contó ella misma, Rocío Jurado había colocado un tocador y un gran sillón blanco. En él, se pasaba las horas maquillándose y llevando a cabo su meticulosa rutina facial, que repetía día tras día.
Rocío Jurado sabía muy bien “maquillar el dolor”
Rocío Jurado era una experta en esconder sus emociones al resto para evitar a sus seres querido un sufrimiento innecesario. Esto es algo que la propia Carrasco quiso recordar.
Durante la apertura de los contenedores donde han permanecido las cosas de Rocío Jurado durante años, Rociíto no pudo esconder su emoción cuando se reencontró con el sillón donde se maquillaba la artista.
"Este era su sillón de maquillaje. Aquí si la recuerdo porque la mayoría del tiempo estaba preparándose y maquillándose", contó entre lágrimas. "Cuando he visto el sillón, he visto esa imagen".
Para Carrasco, reencontrase de nuevo con este objeto le ha traído un emotivo recuerdo a la mente. "Yo me acuerdo que ella estaba sentada y mirándose al espejo y yo llegaba por detrás y le daba un beso en el cuello para no estropearle el maquillaje".
Pero sin duda el momento más complicado para la hija de Rocío Jurado todavía no había llegado. Rociíto se terminó de romper al recordar cómo su madre era capaz de ocultar su sufrimiento.
"Yo creo que lo que mejor maquillaba era el dolor. Porque no quería mostrarlo, no quería. Eso lo maquillaba muy bien", aseguró visiblemente afectada.
Rociíto heredó esta habilidad de Rocío Jurado
Rocío Jurado siempre ha tenido a grandes personas a su lado. Sus amigos más cercanos también era conscientes de esta habilidad que poseía La más grande y que, posteriormente, también heredó la propia Carrasco.
Terelu Campos, colaboradora en el formato y fiel defensora de Carrasco aprovechó su intervención en Montealto: regreso a la casa para corroborar las palabras de su amiga.
"Yo creo que una de las cosas que Rocío aprendió de su madre fue eso, a disfrazar y a maquillar el dolor. A quedárselo para sí misma y mostrar siempre su mejor versión", aseguró, haciendo una clara alusión a la relación que vivió, durante años, con Antonio David Flores.
Al escuchar estas dolorosas palabras, Jorge Javier Vázquez aprovechó que Terelu estaba en plató para indagar un poco más en el tema. "
¿Hubo mucho más[dolor]del que pensamos?", le preguntó a la colaboradora. "Yo creo que si", respondió inmediatamente.
Por su parte, Lydia Lozano quiso dar una visión más amplia de la figura de Rocío Jurado.
"Yo creo que era una mujer que no quería que se supiera nada de su vida privada. Si había un mal rollo, ella no quería que nadie se enterara. Ella salía con su mejor cara".