Carlos Sobera es como aquel jefe de sala de tu restaurante habitual al que cuando entras, te hace sentir como en casa. Correcto y formal, pero afable y cercano, Carlos va recibiendo uno a uno a sus comensales, preparándolos para la cita que han venido a buscar.
Normalmente son los participantes de First Dates los que llegan nerviosos y sin saber muy bien qué les deparará el futuro, pero en esta ocasión, fue al revés.
Carlos Sobera recibía a su primer comensal tendiéndole la mano, al momento en que el chico le saludaba con un "kaixo" que dejó a Sobera alucinando.
La sorpresa y la emoción de Carlos Sobera con sus orígenes
"¿Kaixo? Eso es euskera, chavalón!" Le espetó Carlos contento. "¿Tú eres de Bilbao?, ¿De dónde eres?"
Jorge, que así se llama el participante de 23 años que saludó en euskera a Carlos le dijo que no, que era gallego. "¿Y sabes vasco?".
El motivo de que Jorge se esté iniciando en el aprendizaje de la lengua vasca es que es politólogo y como él mismo se definía: "un gran defensor de las lenguas minoritarias dentro del Estado español"
Carlos Sobera se mostró muy interesado en los conocimientos lingüísticos del chico. "A ver, háblame algo en euskera...". Aquí Jorge se cortó un poco, pues está en una fase muy inicial y únicamente conoce los saludos y cuatro palabras básicas.
"Si quieres defender la cultura vasca, el himno del Atlétic, ¡macho!" Y aquí Carlos se dejó llevar por sus raíces y empezó a cantar apasionadamente el himno del Athlétic Club de Bilbao.
"Athetic, gorri ta zuria, danontzat zara zu geuria, Erritk sortu ziñalako, maite zaitu erriak..." Carlos entonaba con fuerza y con el puño cerrado el primer estribillo del mítico himno.
En pleno fervor futbolístico y patriótico estaba inmerso Carlos, cuando Jorge le cortó la emoción de golpe. "A ver, yo soy más del Alavés, eh..." La cara de decepción de Carlos fue un auténtico cuadro a medio camino entre el humor y la resignación.
First Dates intenta juntar a dos gallegos que buscan pareja
El joven politólogo llegaba a First Dates buscando una chica honesta y que no sea "pija". Carlos se despidió del chico con un simpático "agur, gero arte" (Adiós, hasta luego)
"Eskerrik asko" (gracias), respondió Jorge. Y Carlos finalizó con un "Ez horregatik" (no hay de qué) para despedir este momento emotivo que le había hecho recordar sus orígenes y querida tierra natal.
Paula, una diseñadora textil de Pontevedra fue la pareja de Jorge en el programa. La primera impresión de ambos fue buena, aunque Paula definió el estilo de Jorge como "básico".
Los dos son estudiantes, están cursando un Máster y ven el futuro con cierta inquietud.
Ella es algo más ambiciosa que él y quiere triunfar en el mundo de la moda. Él se conforma con poco, un trabajo que le dé para vivir y ya está.
En las lenguas también hubo cierta discrepancia. Él es un acérrimo defensor del gallego mientras que a ella "le cuesta muchísimo".
Físicamente, Paula tampoco encontró lo que esperaba. "Lo vi un poco enclenque y a mí me gustan empotradores". Y en política, él le dejó bien claro que "no podría estar con alguien que tuviera unos ideales políticos alejados de los míos".
Paula es apolítica y encuentra a Jorge bastante aburrido. "Me falta este punto más divertido, más loco".
A ella le gustan más "los chicos que quieren comerse el mundo" y Jorge busca una chica sencilla para compartir con ella, tranquilas comidas típicas de Galicia, en el porche y viendo el tiempo pasar.
Él también considera que no coincidían demasiado, ni en gustos, ni en expectativas vitales, ni en prácticamente nada. Estaba cantado, Paula y Jorge se fueron cada uno por su lado.