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María Teresa Campos, muy seria saliendo de su casa

María Teresa Campos comparte piso con dos personas tras perder su gran fortuna

María Teresa Campos ha concedido una entrevista para desvelar su secreto mejor guardado

María Teresa Campos ha sido uno de los rostros más importantes de los medios de comunicación, pero actualmente no tiene ningún poder.

El público le ha dado la espalda después de tres décadas de trayectoria y el último programa que presentó fue un auténtico fracaso. La presentadora se ha visto obligada a tomar una serie de decisiones porque sus capacidades económicas no son ni la sombra de lo que fueron.

María Teresa Campos vendió su formidable mansión por un precio que supuestamente estaba por debajo del mercado.

El problema es que la antigua estrella televisiva necesitaba dinero y se vio obligada a desprenderse de su domicilio tras recibir una oferta irrisoria.

Fuentes cercanas aseguran que solo ganó dos millones de euros, aunque ella no ha confirmado ni desmentido el dato.

María Teresa Campos
María Teresa Campos vive de alquiler en Madrid | GTRES

María Teresa se ha mudado a un lujoso ático para empezar una nueva vida y está tan ilusionada que ha abierto las puertas del mismo. La revista ¡Hola!, su publicación de cabecera, ha fotografiado todos los rincones de esta vivienda a cambio de un buen puñado de euros.

La madre de Terelu Campos vive de alquiler y es posible que necesite seguir recibiendo ingresos para afrontar sus gastos.

María Teresa era una de las pocas personas que había firmado con Telecinco lo que los expertos conocen como “un contrato de cadena”.

Quiere decir que ganaba dinero estuviera presentando algún programa o no, pero este privilegio ha llegado a su fin.

La comunicadora se ha visto obligada a vivir en un piso bastante pequeño, aunque esto no es un problema para ella.

La matriarca de las Campos se siente muy acompañada en su nueva casa porque comparte espacio con otras dos personas.

Estamos hablando de Leo, quien duerme en la vivienda para ocuparse de todas las necesidades de la presentadora.

Y también de Sonia, una empleada doméstica que se ha ganado su confianza desde el primer momento que empezó a trabajar con ella.

María Teresa Campos confiesa su verdadero problema

María Teresa ha ganado mucho dinero a lo largo de su carrera mediática, de hecho era uno de los rostros mejores pagados del momento.

Hace un tiempo reconoció que no tenía talento para el mundo de los negocios, por eso invirtió su fortuna en su mansión.

En esta vivienda tenía espacio suficiente para colocar toda su ropa, pero en el piso que comparte con Sonia y Leo no.

La madre de Terelu Campos ha enseñado su vivienda en la revista ¡Hola! y ha puesto sobre la mesa un debate realmente interesante.

Tiene tantos vestidos que no puede guardarlos todos, de hecho está regalando muchos zapatos.

Afortunadamente cuenta con el apoyo de su personal doméstico, quien le ayudan a organizar todas sus pertenencias.

Campos estaba bastante preocupada porque pensaba que iba a tener que desprenderse de los muebles que tenía en su mansión.

La presentadora subastó algunos, pero se dio cuenta de que estaba perdiendo mucho dinero y decidió cambiar de estrategia.

Por suerte el salón de su nuevo piso es bastante amplio y ha podido quedarse con los objetos que mejores recuerdos le traen.

María Teresa en Madrid el 30 de abril del 2021
María Teresa Campos se va adaptando poco a poco a su nueva realidad | Gtres

María Teresa Campos ha superado a Edmundo Arrocet

María Teresa ha concedido muchas entrevistas hablando de su ruptura sentimental con el humorista Edmundo Arrocet.

Asegura que Edmundo dio por terminada la historia de amor a través de un mensaje de texto que era bastante frío y directo.

La comunicadora lo ha pasado mal, pero vivir lejos de la casa en la que fue feliz con él le está ayudando mucho.

La antigua estrella de Telecinco ha demostrado que tiene fuerza suficiente como para seguir trabajando.

Apostar por ella es garantía de éxito, pues su personaje público sigue generando mucho interés.

Sin embargo, los responsables televisivos piensan que su tiempo ya ha pasado y que ahora se merece disfrutar de un discreto segundo plano.