Hace muy poco Risto Mejide reconocía en pleno directo durante su programa Todo es verdad que había sido víctima de un delito de suplantación de identidad en redes sociales.
A pesar de las muchas ventajas que estas redes ofrecen, también está ese lado oscuro en el que se da lugar a acoso, hackeos y otro tipo de delitos.
“A mí me ha pasado esto que dices. No con temas subidos de tono, pero sí se abrieron una cuenta con mi nombre y colgaba las mismas fotos que yo”, explicaba a raíz del testimonio de una invitada.
El presentador descubrió que había una persona que tenía una cuenta en redes sociales muy similar a la suya, en la que básicamente se hacía pasar por él y le quitaba sus fotos.
Un perfil que usaba para “ligar con mujeres por mensajes privados”. Algo que pudo haber llegado a crearle serios problemas.
“Empezaba a ligar con chicas y esa persona te puede meter en un problema. Tú tienes tu vida, estás tranquilo en casa y te puede generar un pollo y un lio impresionante”.
Sin embargo, él no es el único que ha sido víctima de una situación similar, ya que otros rostros conocidos como Belén Esteban o Jorge Javier Vázquez han pasado por lo mismo.
El hackeo de Belén Esteban
Belén Esteban fue víctima de un hackeo en toda arregla a su móvil, donde llegó a perder su cuenta Instagram, el Whatsapp y otras aplicaciones que tenía guardadas. Para colmo, poco después sus contactos empezaron a recibir extraños mensajes en su nombre que ella no había escrito.
Un delito que está penado con hasta 3 años de cárcel si se da con el responsable de la fechoría. De hecho, la colaboradora de Sálvame no tardaba en ir a denunciarlo a la Policía y advertir a sus conocidos de lo que estaba sucediendo.
Así, la de Paracuellos de Jarama compartía un mensaje en el que podía leerse: “Me han hackeado el Whatsapp. Si alguien recibe algún mensaje mío no soy yo”, anunciaba bastante molesta.
Kiko Rivera, víctima de estafa
Un error puede salir muy caro, tal y como le pasó a Kiko Rivera. El Dj filtraba sin querer su propio número de teléfono, un detalle que sirvió a ciertos individuos para poder hacerse pasar por él.
De esa forma, consiguieron obtener datos privados de varios contactos del hijo de Isabel Pantoja. En concreto, les hacía partícipes de una estafa en la que debían entrar a una web y dejar sus datos bancarios para poder ganar 1.000 euros.
Una trampa en la que varios seguidores, confiando en su palabra, terminaron cayendo. “Hay que denunciar esta cuenta”, pedía tras darse cuenta. “Se están haciendo pasar por mí, ¡hasta donde vamos a llegar!, lamentaba.
En esta ocasión se trataba de un método phishing. “Lo que están intentando es conseguir números de cuenta, números de tarjetas, para vaciar cuentas o generar cargos a esas tarjetas”.
Y advierten que “no es habitual que un famoso mande un mensaje directo a todos sus seguidores. En ese momento, sospechemos”.
La polémica y falsa conversación de Jorge Javier Vázquez
Jorge Javier Vázquez tampoco se libra de la ciberdelincuencia, ya que suplantaron su identidad en Twitter durante la emisión de GH Vip. Algo, ante lo que se vio obligado incluso a parar el directo para dar explicaciones.
Por lo visto, alguien se estaba dedicando a inventarse conversaciones en las que el presentador se posicionaba del lado de uno de los concursantes. Una situación que ya había enfrentado en otro momento.
“Es la segunda vez, a la tercera tendré que ir a la policía y denuncia. Suplantar identidades es delito, cuidado con lo que se publica”, amenazaba a los delincuentes.
“Cuidado con lo que se publica. Porque no me hace gracia, pero llegará un día en el que me haga menos gracia todavía y tendré que ir a denunciarlo de una manera clara para que esto pare”.
El chantaje que sufrió José Antonio Canales
Lo que le sucedió a José Antonio Canales fue una verdadera pesadilla. El colaborador de Sálvame se topaba de la noche a la mañana con que le habían robado sus cuentas en redes sociales.
Y no solo eso, sino que le chantajeaban exigiéndole una importante suma de dinero para no desvelar el contenido de ciertos mensajes privados.
Nada más y nada menos que 3.000 euros debía pagar si quería su perfil en Instagram de vuelta. Sin embargo, él no se dejaba achantar y no tardaba en ir a denunciarlo.