Rocío Carrasco es la heredera universal de su madre, le pese a quien le pese. Sin embargo, parece que La Jurado tuvo dudas hasta el último momento.
Tanto es así, que Ortega Cano y sus hijos, Gloria Camila y José Fernando, están dispuestos a pedir una revisión del mismo.
“Tienen intención de solicitar una revisión por la legítima los dos hijos menores de Rocío Jurado”, informaba Paloma García-Pelayo.
Sin embargo, la viabilidad de esta revisión está en el aire, ya que “Ortega Cano, como tutor legal de esos menores, firmó ese acuerdo” después de un primer repaso.
Una revisión que pone contra las cuerdas a Rociíto, que tiene pensado destapar los trapos sucios de su familia mediante la segunda parte de su docuserie.
Dentro de muy poco descubriremos por fin qué contienen los famosos manuscritos que dejó ‘la más grande’ y el motivo por el que su viudo les teme tanto.
Ortega Cano y sus hijos, dispuestos a impedir la emisión de la docuserie
Aunque después de que el diestro y su hija Gloria Camila hayan decidido tomar medidas cautelares al respeto, todo queda en el aire.
“Las medidas se basan en el derecho al honor y a la intimidad de la artista. Se considera que esos manuscritos, que también se han llamado diarios, no tendrían el permiso de Rocío Jurado para hacerse públicos”.
Cuando Rocío Jurado firmó su testamento, seguramente no esperaba que este fuese a generar tanta controversia.
Según narra en exclusiva el diario La Razón, la artista modificó su testamento cuando descubrió que tenía cáncer. Sin embargo, ese preciado documento volvió a sufrir varios cambios a pocos días antes de su muerte y por expreso deseo de la cantante.
Esa modificación benefició a Rociíto, que se convirtió en la heredera absoluta de su madre. Y también a Juan de la Rosa, amigo y confidente de la cantante.
¿Cómo se valoraron y repartieron entonces sus bienes? Esa es la pregunta que muchos nos hacemos.
Para empezar, ‘la más grande’ quiso que su hija mayor recibiera diez veces más que el resto de su familia. Quizás porque entendía que Carrasco, huérfana también de padre, quedaba desamparada.
Mientras que, por otro lado, Gloria Camila y José Fernando contaban con protección económica de su padre, que velaría por sus intereses.
Pero ellos no fueron los únicos damnificados, sino que también Gloria Mohedano habría salido mal parada. Sobre todo después de que Jurado nombrase a una nueva albacea ajena a la familia.
Y es que al parecer, y según fuentes cercanas a la familia, Gloria habría sido capaz de traicionar a su hermana aprovechándose económicamente de ella. Algo que Rocío descubrió poco antes de morir.
La polémica herencia de Rocío Jurado que terminó por romper a su familia
En cuanto al resto de sus bienes, estos se repartieron de manera equitativa para complacer a todos y no dejar a nadie fuera. Así lo relatan en La Razón:
“Mientras el tercio de libre disposición recayó en sus hermanos, ahijado y secretario, el de mejora recayó en Rociíto”, señalan.
“Ella heredaba cuatro novenas partes de un legado valorado en más de siete millones de euros”. Además, también repartía sus propiedades, entre las que se encuentra la gran mansión de ‘La Moraleja’, que pidió expresamente que se pusiera la venta dos años después de su fallecimiento.
Por tanto, “Ortega Cano tuvo que abandonar, dos meses después de la partida de Rocío Jurado, el hogar conyugal y se trasladó a vivir con sus dos hijos menores a la finca ‘Yerbabuena'”.
Mientras que, por su parte, Rociíto se quedaba con la finca ‘El administrador’. Y también le correspondió la totalidad de las propiedades que su madre tenía en el extranjero, entre las que se cuenta el famoso apartamento de Miami.
Eso, sin contar que, como heredera universal, también le correspondieron a Carrasco todas las joyas, ropa, muebles, cuadros y derechos a su legado artístico. Lo que le ha seguido generando importantes beneficios desde que falleciera en 2006, ya que también ha explotado la figura de su madre con un musical.
En cuanto a los Mohedano, a ellos les dejó varias naves industriales en San Sebastián de los Reyes ), la finca ‘Los Naranjos’, una gran casa ‘Mi abuela Rocio’ y un dúplex.
Por último, fue Ortega Cano el más perjudicado en este reparto, ya que el matrimonio se había casado por separación de bienes. A él solo le dejó una ganadería de toros de lidia que habían comprado juntos en 1997.
Sin embargo, el diestro siempre aceptó sin rechistar las voluntades de su difunta esposa. “Yo no conocía el testamento, ni nadie. Yo no hablé nunca con Rocío de eso, no sabía ni que había ese testamento, yo me negaba totalmente a hablarlo con ella”, aseguraba.
“Lo ha hecho perfectamente. Ha acertado de pleno y ha sido grande como lo ha sido toda su vida en todas las cosas que ha hecho”.