Víctor Janeiro es uno de los protagonistas involuntarios de la semana. Su sobrino, Hugo Janeiro Campanario ya ha nacido y la tormenta mediática se ha desatado alrededor de una de las familias más mediáticas de España.
A diferencia de otros clanes familiares de los que ocupan horas y horas de televisión, los Janeiro no son especialmente dados a buscar la polémica. De hecho, no les gusta demasiado que se hable sobre sus vidas privadas. Únicamente conceden algunas exclusivas totalmente pactadas a la revista ¡Hola!.
Del resto no quieren saber nada, es más, a menudo tienen gestos poco amables con los periodistas que esperan para hacerles fotos o preguntarles algo. Por no hablar de los programas de televisión, en especial de Sálvame, donde trabaja una de las principales enemigas del clan, Belén Esteban.
Sea como sea, el interés mediático que ha despertado el hijo de Jesulín ha arrastrado a toda la familia. Precisamente, el hermetismo informativo en el que viven instalados está provocando todo tipo de especulaciones y rumores que no se terminan de confirmar.
Uno de los más perseguidos de estos días es Víctor Janeiro. El hermano de Jesulín sale cada mañana para llevar a sus hijos al colegio y responde con desgana y poca concreción a las preguntas de la prensa.
Así pues, ya que no se puede decir absolutamente nada por orden de Jesús y María José, Víctor únicamente ha podido confirmar que “está todo bien”. Ni nombre, ni peso, ni ningún otro detalle.
De hecho, no ha sido hasta hoy que ha ido al hospital a conocer a la criatura. También ha tardado tres días en ir al hospital de Cádiz, Juls Janeiro. Ha llegado este mediodía, acompañada de su novio Tommy Rossi, visiblemente enfadada y sin decir ni mu a los periodistas agolpados en la puerta.
Realmente, proteger esta supuesta exclusiva está provocando que la familia tenga que comportarse de un modo un tanto arisco y extraño.
Uno de los primeros en conocer a Hugo, fue su primo Víctor. El hijo de Víctor Janeiro y de Beatriz Trapote acudió al hospital el miércoles a mediodía, con su madre. De hecho, Beatriz ha sido la que más y mejor ha atendido a los medios de comunicación, de forma educada y respetuosa.
Se nota que ella también es periodista y sabe lo duro que es esperar horas y horas a las puertas del hospital y con la ola de calor en marcha.
Pocos repararon en el curioso gesto que el hijo de Bea y de Víctor dedicó a un fotógrafo que quería hacerles fotos a la entrada. Ni corto ni perezoso, el niño dedica una peineta monumental al paparazzo. Su madre, con un ligero golpe en la mano le recrimina el gesto y menos, cuando le están fotografiando.
Cosas de niños, espontáneas y graciosas, pero que demuestran el trasfondo del asunto. La familia Janeiro no es demasiado amiga de la prensa y esto se nota también en su casa. Los pequeños han crecido siempre con la prensa siguiendo los pasos de sus padres, tanto en las épocas de vino y rosas como en los momentos más complicados.
Sea como sea, esta animadversión a la prensa del entorno de Jesulín se va notando en las nuevas generaciones.
Andrea, su hija mayor, tiene fobia a que la fotografíen y que hablen de ella. A Juls se le nota a leguas que no quiere saber nada de los periodistas y ahora Víctor Jr. en un gesto, lo ha dicho todo.