A Rocío Carrasco se le están empezando a torcer algunos aspectos de su renovada vida y eso podría pasarle factura. No queda nada de aquella Rocío que ha pasado años encerrada en casa, temiendo los miércoles porque salían las revistas.
Tampoco de la que intentó quitarse la vida, ni de la que no podía articular palabra cuando su exmarido aparecía en televisión para criticarla.
Del mismo modo que el Ave Fénix que ocupa casi toda su espalda, Rocío Carrasco ha resurgido de sus propias cenizas. Es una mujer nueva, con ganas de guerra y de saldar todas las cuentas familiares pendientes que ha adquirido estos últimos años.
Para hacerlo cuenta con el apoyo inquebrantable de La Fábrica de la Tele y de determinados personajes estratégicamente situados en Mediaset. Rocío tiene en Sálvame y en su entorno a defensores acérrimos de su causa. Hasta el punto que se ha llegado a vetar, a despedir o a apartar a quien se muestre demasiado crítico con ella.
Rocío genera interés y audiencia. A cambio de prestarse al show televisivo prácticamente sin negarse a nada, en La Fábrica de la Tele la apoyan sin fisuras. De momento ya la ha hecho desfilar, cantar, disfrazarse y lo más importante, a cambio de desnudar su corazón y su mente ante las cámaras.
Esta alianza tan fuerte y aparentemente indestructible ha empezado a mostrar las primeras y preocupantes grietas. Rocío ya tiembla.
Rocío Carrasco se estaba preparando para cantar en el Sálvame Media Fest, el último invento de La Fábrica de la Tele. Con él han intentado, sin éxito, repetir las buenas audiencias de la Sálvame Fashion Week.
Rocío conectaba en directo con Sálvame para dar cuenta de como le iban los ensayos y le cayó la primera en la frente. Jorge Javier Vázquez empezaba, "yo con Rocío estoy hoy un poco... ahora contaré".
Empiezan a hablar de los ensayos y de lo complicado que es cantar, pero Rocío se queda con la mosca tras la oreja. "¿Qué es lo que te pasaba a ti conmigo?" le espetaba Rocío a Jorge Javier que no quería hablar en aquel momento.
"Creo que se han equivocado un poco con tu formato, ¿no? Yo a ti no te veo muy caribeña, te veo más Pasión Vega". No obstante, el presentador le comentaba a su amiga que "cantas bien, que yo te he escuchado".
Rocío Carrasco, encantada con esta movida en la que ha cantado, bailado y disfrutado, no se quitaba el reproche de su amigo de la cabeza. "¿Lo que me querías decir era lo de Pasión Vega? insistía a Jorge.
"No, no, no. ¿Algún consejo para esta noche?". Él desviaba el tema y le iba dando largas. No sabemos si porque se arrepentía de haber abierto un melón de consecuencias imprevisibles o porque le habían frenado desde dirección vía pinganillo.
Cuando ya la despedían, recuperaron la conexión para preguntarle por los azucarillos en homenaje a su madre que ella ha vetado. Su hermana y los comerciantes de Chipiona querían poner en circulación unos sobres promocionales con la cara de Rocío Jurado. Rociíto, al enterarse, tomó medidas drásticas y paralizó la acción sin miramientos.
"El nombre y la marca de mi madre se puso en manos de un gabinete y se tomarán las acciones que se tengan que tomar. Estoy abierta a que se me consulte y se me proponga, pero tiene que pasar por mí", explicaba.
"Yo agradezco todo lo que se haga en beneficio de mi madre, para ensalzarla y homenajearla. Lo único que digo es que se me tiene que consultar. Yo antes no tenía el estado bueno para poder reaccionar ante lo que se hacía en nombre de mi madre. Ahora sí, no por nada, sino que es la legalidad".
La nueva Rocío Carrasco va a por todas. Por lo menos, mientras cuente con sus potentes apoyos televisivos.