Miguel Urdangarin no ha podido ocultar más los verdaderos sentimientos que tiene hacia su tía, la reina Letizia. Y es que, en su última reunión familiar, el joven ha decidido dejar a un lado esa corrección que tanto le caracteriza para dar paso a su lado más sensible y familiar.
Después de un 2022 marcado por la infidelidad de Iñaki Urdangarin y la posterior separación de sus padres, este joven y el resto de la Familia Real ha sufrido su primer mazazo del año.
El pasado 10 de enero, Constantino II, el último rey de Grecia, falleció a los 82 años a causa de varias complicaciones derivadas de un derrame cerebral.
Como era de esperar, Miguel Urdangarin y el resto de su familia no dudaron en acompañar a la reina Sofía en estos momentos tan duros. Por eso, no tardaron en hacer las maletas para poner rumbo hacia la capital helena, donde le han dado el último adiós al monarca.
El pasado domingo 15 de enero, los integrantes de la Familia Real, exceptuando a la princesa Leonor y su hermana, se reunieron en el Hotel Grande Bretagne de Grecia para acudir a la cena organizada por los hijos del fallecido.
Tras este evento, celebrado tan solo un día antes del funeral, Miguel Urdangarin y el resto de su familia acudieron hasta la Catedral Metropolitana de Atenas para presenciar la misa en memoria de Constantino II, que posteriormente sería sepultado en el cementerio de Tatoi.
Y ha sido, precisamente, durante la celebración de esta entierro, cuando Miguel Urdangarin ha decidido dejar de lado su característico anonimato para mostrar ante todos los medios de comunicación sus verdaderos sentimientos hacia la actual reina de España.
Miguel Urdangarin ya no se esconde
Miguel Urdangarin siempre ha preferido pasar desapercibido para la prensa de nuestro país. Y es que, al igual que el resto de sus hermanos, este joven ha optado por no hablar acerca de los últimos escándalos de su familia.
Tanto es así que, tras la polémica separación de sus padres, el hermano de Pablo decidió no pronunciarse al respecto y optó por posicionarse en un segundo y discreto plano.
Pero, en las últimas horas, hemos podido ver la faceta más familiar y sentimental de Miguel Urdangarin. Este lunes 16 de enero, este joven de 20 años acudió junto al resto de su familia a darle el último adiós a Constantino de Grecia.
Y, aunque siempre suele pasar desapercibido en todos los eventos reales, en esta ocasión se convirtió en uno de los protagonistas. El hijo de Cristina de Borbón llegó a la Catedral Metropolitana de Atenas junto a sus abuelos, su madre, sus hermanos, su tía Elena e Irene de Grecia y sus primos, Felipe y Victoria de Marichalar.
Una vez dentro del templo, Miguel Urdangarin no tardó en acercarse a Pablo, Nicolás y Philippos de Grecia, hijos del fallecido, para mostrarles sus condolencias por la muerte de su padre.
A continuación, el joven se puso frente al último rey de los helenos para mostrarle sus respetos y se sentó junto a sus dos hermanos, Pablo e Irene.
Pero, sin duda, el momento que más llamó la atención de los medios de comunicación fueron los emotivos gestos que Miguel Urdangarin le dedicó a su tía, la reina Letizia.
Y es que, tras la entrada de los monarcas en la Catedral, ambos se acercaron a sus sobrinos para saludarlos. Y fue en este momento cuando el hijo de Cristina e Iñaki le dedicó a su tía una sentida y dulce sonrisa, dejando al descubierto la aparente buena sintonía que hay entre ellos.
Una vez acabada la ceremonia, y de camino al cementerio de Tatoi, Miguel Urdangarin volvió a sacar a relucir su lado más sensible, pero en esta ocasión con su madre.
El joven iba caminando junto a la exduquesa de Palma cuando, en un momento dado, decidió agarrar con fuerza su mano y le dio un fraternal beso.
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