Boris Izaguirre se ha erigido como una especie de icono pop de la cultura española. Entendiendo 'pop' como popular, Boris alcanzó su grado de popularidad máxima en la época en la que participó en Crónicas Marcianas.
En aquella época, en el que la batalla por la audiencia no era tan salvaje, el programa en el que intervenía cada noche Boris arrasaba. Millones de espectadores conocieron al venezolano, al lado de Sardá, y se erigió en un auténtico fenómeno televisivo.
Cuando el aperturismo en la comunidad LGTB iba avanzando a marchas forzadas, Boris Izaguirre también logró ser uno de los abanderados del movimiento. Más tarde, destacó en su faceta de escritor, con Villa Diamante o Y de repente fue ayer. Tiempo de tormentas, su novela autobiográfica, destapó un pasado lleno de amor, pero también de dolor.
Cultísmo, con un humor ácido e inteligente y apasionado del glamour y la distinción, Boris sigue en la palestra por su faceta de creador multiformato. Ahora no se prodiga tanto en televisión y ya no se baja los pantalones en directo para arrancar unos puntos de audiencia. Los tiempos de Crónicas quedaron atrás y prefiere destacar por su faceta de tertuliano y columnista en prensa seria.
Pocas cosas han permanecido estables en la vida del escritor venezolano. Una de ellas, Rubén Nogueira, su fiel pareja desde hace algo menos de 30 años y del que se saben muy pocas cosas.
Así como a Boris le gusta más el foco mediático que a un tonto un lápiz, su pareja lo detesta. Rubén y Boris se conocieron en 1992, al poco tiempo de la llegada de Boris a España. El encuentro fue en Santiago de Compostela y allí vivieron y trabajaron hasta que se mudaron a Madrid en busca de más oportunidades.
Tras varios años de noviazgo, coincidiendo con el apoteósico salto a la fama de Boris Izaguirre, Rubén siempre le pidió quedar al margen de la popularidad. Según Vanity Fair, le dijo: "Para ti es muy importante ser famosos y lo vas a conseguir, pero a mí no me pongas nunca ni en el lado ni en el frente"
Se casaron en Santiago de Compostela en 2006. Fue la ciudad en la que se conocieron y la de sus primeras andanzas en España.
La boda fue íntima, solo hubo cuatro testigos y ni Boris supo hasta el día antes del evento donde se iba a celebrar.
Boris Izaguirre y Rubén viven en un lujoso piso del barrio de Salamanca. Consta de más de 200 metros cuadrados en el que tienen espacio para dar rienda suelta a sus pasiones. Arte, muchos libros, mucha luz y decoración colorista y llena de recuerdos y anécdotas.
Un poco como la deslumbrante casa de Alaska y Mario Vaquerizo, pero sin tanta estridencia ni 'pongo' surrealista en las estanterías. Algo debe tener en ello que Rubén trabaja como escaparatista, por lo que goza de buen gusto a la hora de decorar.
Rubén ha acompañado a Boris en su periplo vital. Amante de la cultura mexicana, menos histriónico que su pareja es muy fan de llevar una vida totalmente sana. Practica deporte moderado para sentirse bien y es fan de los productos naturales para comer.
Boris Izaguirre tiene ya 56 años y estos últimos meses ha tenido un tremendo susto de salud en el que Rubén ha estado en todo momento a su lado. Le tuvieron que practicar una endarterectomía carotidea, por un problema en las arterias del cuello que suministran sangre al cerebro.
Fue una operación delicada por la que estuvo varios días ingresado en el hospital. Durante aquellos días, en los que temía por su salud, su marido estuvo con él en todo momento. Otra prueba más de su amor inquebrantable.