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Belén Esteban hablando frente a micrófonos

Belén Esteban pillada con unas fotos privadas: un compañero de ‘Sálvame’ la traiciona

Las fotos se estaban intentando vender a las revistas y ya estarían apalabradas por varios miles de euros

Belén Esteban vuelve a acumular varios frentes en ‘Sálvame’, el último de ellos con el periodista y paparazzi Antonio Montero. Invitada de honor en la boda de Anabel Pantoja, Belén no duda en arremeter contra los colaboradores críticos con Anabel y con el gran show que tiene montado.

También tiene polémicas abiertas con Ylenia Santana después que esta haya arremetido contra ella y contra el resto de Mediaset en Instagram. Belén pidió comprensión para Ylenia, ya que la consideraba una amiga hasta hace escasas horas.

Ylenia canceló una cita que tenía con Belén para aclarar las cosas y la bloqueó en sus redes. La de Paracuellos se ha cansado: “Hasta luego Mari Carmen!”, ha zanjado el tema por ahora.

Sin embargo, uno de los rifirrafes con más sustancia de fondo fue el que mantuvo ayer con Antonio Montero.

Las fotos privadas de Belén Esteban en un pueblo remoto

Casualidades de la vida, Antonio, que aún mantiene su esencia de paparazzi arriesgado y dispuesto a dejarlo todo por unas buenas fotos, se entera de un acto ‘secreto’ de Belén Esteban.

Belén y su marido Miguel van a estar en la boda de unos amigos en un remoto pueblo del Alto Tajo, en Guadalajara. Antonio estaba también en la zona cazando y se entera del evento que quería llevarse con discreción a pesar de ser Belén, una de las invitadas.

Los que conozcan a Antonio Montero saben que es un paparazzi de pura raza, de los de antes. Él mismo relata en su libro ‘Paparazzi Confidencial’, muchas de las aventuras que ha vivido por el mundo a la caza del famoso. Horas de interminable espera escondido, teleobjetivos para captar la foto perfecta, problemas con la policía, con los guardias de seguridad del rey, etc.

Antonio Montero, Diego Arrabal, Gustavo González o Miguel Temprano son algunos de los paparazzi que han proporcionado material a las revistas durante estas últimas décadas. Hasta que llegó la televisión y las fotos exclusivas perdieron fuelle.

Total, que Montero se entera de la boda de los amigos de Belén y, ni corto ni perezoso, se lanza a la ‘caza del famoso’. En este caso, pero, la jugada no le salió bien, pues él mismo ya es un personaje famoso que aparece día sí, día también en televisión.

Escondido tras unos matorrales y con la colaboración de un fotógrafo amigo que acude a toda prisa, intentan captar a Belén y a Miguel Marcos en la celebración. Pero les pillan y a Belén le dan el chivatazo. Muy enfadada decide reventar la exclusiva de su compañero de plató y cuelga las fotos en Instagram.

Las fotos de Belén Esteban se estaban negociando por 10.000 euros

Antonio Montero asegura que tenía apalabrada la venta de las fotos por 10.000 euros con una revista. Al publicarlas Belén en sus redes sociales, ya valen mucho menos. Este miércoles las veremos probablemente en alguna revista. 

Más allá de la discusión que tuvieron los dos en ‘Sálvame’ y del ridículo que ha hecho Antonio Montero (‘ya estoy mayor’, ha llegado a reconocer), el tema va más allá.

Por un lado, pone sobre la mesa, el triste papel que les toca hacer a periodistas y fotógrafos de raza en los platós de televisión. Ellos, a quien les ‘divierte’ conseguir las mejores fotos de los famosos, tienen que acabar en los platós de televisión peleándose con la Sandra Pica de turno por un plato de garbanzos.

La profesión ha cambiado y ahora, el corazón, pasa por la tele sí o sí. Por Telecinco, más concretamente. Lo que antes era una industria más diversificada y potente, ahora vive únicamente de las miserias y los rifirrafes de los platós televisivos, amplificados por las revistas.

Periodistas, fotógrafos... ahora todos son personajes, los platós son sus vidas en directo y las redes sociales, las nuevas revistas del corazón.

Montero tuvo un chute de adrenalina el otro día en Zaorejas, el pueblo en cuestión. Se sintió de nuevo un paparazzi intrépido y dispuesto a todo por las mejores fotos. Se adivina por la pasión con que contaba como quería pillar a Belén.

Fue un espejismo, fruto del recuerdo de tiempos pasados que ya no volverán. Por lo menos, para él.

A Belén le bastó un selfie y un clic en su Instagram para desactivar el tema y echar la exclusiva por los suelos. Y Antonio se dio de bruces con su realidad: su sueldo ahora está en ‘Sálvame’ y allí lo tendrá hasta que él (o la cúpula) lo decidan. El resto de su intrépida y admirable vida profesional ya es únicamente currículum.